La Movida Madrileña (I): Sus orígenes y sus locales

La movida madrileña fue un hecho cultural que supuso la ruptura con el clima de represión de los 40 años de dictadura, un movimiento que nace en Madrid y se extiende a otras ciudades españolas como Vigo y Barcelona y que viene precedido de una cierta rebeldía de los jóvenes de los barrios periféricos de la capital. Esta juventud, deseosa de libertad y nuevas diversiones, “toma” el centro de la ciudad, y hace de Malasaña y sus locales nocturnos (La Vía Láctea, el Penta, El Sol) su barrio de referencia. De allí saldrán fotógrafos, pintores, dibujantes, músicos, cineastas, cronistas e incluso, aunque en menor medida, escritores, unidos por las dos notas características que impregnan todo el movimiento: la alegría y el desenfado.

El Ayuntamiento de la capital, y sobre todo su alcalde, Enrique Tierno Galván, el viejo profesor que tan bien comprendía y se integraba con los jóvenes, le dará su definitivo impulso, incorporando la cultura juvenil a los proyectos municipales y revitalizando las fiestas populares con la subvención de conciertos de grandes artistas de rock internacionales, y con la creación del famoso Rockódromo de la Casa de Campo.

El comienzo de La Movida Madrileña, aunque se iba fraguando en los años anteriores, fue en realidad en 1980, cuando en el mes de febrero se celebra en la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica un concierto homenaje a José Enrique Cano (Canito), el batería de Tos (antecedente de Los Secretos) fallecido en la nochevieja del 79 (atropellado en el arcén). En ese concierto participaron, además de sus compañeros de formación, Mermelada, Nacha Pop, Paraíso, Alaska y los Pegamoides, Trastos, Mario Tenia y los Solitarios y Rebeldes (luego llamados Los Bólidos). El concierto fue retransmitido en TVE, en un programa de la 2 llamado “Popgrama”

Pocos meses más tarde, la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica organiza el Concierto de primavera, uno de los momentos más importantes de la movida madrileña, que contó con 15000 espectadores. Un histórico festival de más de ocho horas de duración en el que participaron en orden y por sorteo: Farenheit 451, Alaska y los Pegamoides, Flash Strato, Los Modelos, Tótem, Rubi y los Casinos, Mamá, Los Secretos y Nacha Pop.

http://morgana1.over-blog.es/2015/03/la-movida-madrilena-iii-el-final-de-la-movida.html

La Escuela de Caminos fue, durante varios años, el único recinto importante en el que se podía ofrecer un concierto de pop y rock en Madrid (aforo para 1000 personas en su salón de actos), y allí se dieron a conocer grupos como La Mode, o las Hornadas Irritantes, colectivo en el que se integraban grupos como Glutamato Ye-yé o Derribos Arias y que se oponían a ciertas tendencias pop de la movida. Se da la circunstancia de que su director era el padre de Ana Torroja.

Además de la Escuela, surgieron otros locales como puntos de reunión de los artistas de La Movida Madrileña, como el bar La Bobia, taberna situada en pleno Rastro donde se rodó la escena inicial de la película de Pedro Almodóvar Laberinto de pasiones, la sala Rock Ola (mítico local que se inauguró en el 81 con un concierto de Spandau Ballet, y que cerró sus puertas, por orden judicial, 4 años después), o la discoteca Carolina, en la que dio alguno de sus primeros conciertos Radio Futura, entre otros. Pero no lo solo los locales de ocio fueron los centros de gestación cultural del movimiento, la misma importancia tuvieron otros espacios, como la casa de los Costus en la calle de la Palma (el lugar donde nació la Movida, según Fabio Macnamara), el apartamento en la planta 16 de Torre de Madrid, donde Bernardo Bonezzi, cantante de Los Zombies, hacía cortos, canciones y otras creaciones absurdas y divertidas con Almodóvar, McNamara, o Carlos Berlanga (cuya casa en Somosaguas era otra parada obligatoria), el piso que Ceesepe tenía en el Paseo Imperial o el de Pablo Pérez Minguez en la calle Montesquiza.